Bordado: para qué sirven los dongles ?
Presente en la mayoría de softwares de bordado, el dongle es una medida contra la piratería. La palabra tiene su raíz etimológica en el inglés; concretamente, “dongle” viene del verbo “to dangle”, que significa “pender”.
Es un dispositivo que se conecta directamente en el puerto USB del ordenador. Inicialmente, este instrumento se conectaba entre la puerta paralela y el imprimador. Esto podía generar problemas de compatibilidad cuando se utilizaba simultáneamente más de un software. Hoy en día, los dongles se conectan a los puertos USB del ordenador y coexisten perfectamente con otros softwares.
Varias marcas fabrican las llaves de seguridad: Sentinel, HASP, Marx, etc. Cada nueva versión va aún más lejos que la precedente a nivel de protección. Sin embargo, al mismo tiempo, la industria de “ingeniería reversa” o de “piratería” llegan a duplicar las llaves tanto en forma física como encriptada.
El costo de desarrollar un software de bordado es alto y, por esta razón, los precios de venta también son igualmente elevados, entre 1.000€ y 15.000€. Por lo tanto, no es sorprendente que los piratas informáticos se interesen vista las grandes cantidades de dinero en juego.
Las versiones piratas de la mayoría del softwares están disponibles en línea y pueden descargarse, generalmente con previa remuneración a través sistemas de pago utilizadas en economías sumergidas, como “Western Union”. La premisa de la piratería del dongle es de duplicar la llave y producirla con un emulador. Si decide probar la fruta prohibida, tenga cuidado con estas versiones ilegales pues la mayoría de las veces, el crack es un “stealer”, es decir, un “ladrón” que envía su información personal a un pirata o intermediario malicioso sin su conocimiento.
Unos softwares, tal como los plug-ins de Pulse, han decido no incorporar un dongle físico y optar por uno virtual. Después de la instalación del programa, una parte de los datos está en su computadora mientras que la otra permanece en el servidor del editor (en otro país). La ventaja es que no se tiene que preocupar por un USB, pero el inconveniente es que el programa no funciona sin conexión a internet. Además, si está viajando, a un salón por ejemplo, el programa no funcionaría.
Como todas las llaves USB, el dongle también es sensible a los micro-choques electrónicos y no es raro que esté fuera de servicio. En el caso de que no funcione, solo tiene que regresar la llave defectuosa con su número de serie a un distribuidor autorizado quien normalmente la reemplazará rápidamente. También debe pensar asegurar el dongle porque en el caso de robo, pérdida o destrucción, el editor no lo reemplazará y, visto lo precios del software de bordado, puede ser una gran perdida para cualquier taller.
Para evitar este problema, bastaría que el editor le diera al utilizador un código anual, que él podría escoger, para la llave. De este modo, en caso de robo o de pérdida, se podría reemplazar sin dificultad. Quién sabe, ¿esto podrá llegar en un futuro próximo?
Estas temáticas relevantes y muchas más serán tratadas en los talleres y conferencias de C!Print Madrid los tres días del salón. No se lo pierda del 6 al 8 de octubre de 2015!
Escrito por Thierry Renaud